me asome por la ventana y descubrí los nubarrones grises acumulandose sobre la ciudad haciendonos saber que nos esperaba una tarde húmeda. Salí como de costumbre a tomar el autobús caminando con pasos precipitados, estaba llegando ya a la esquina cuando sentí la primer gota caer sobre mi cabello rosado, avanzó por mi cara casi con malicia y rapidamente se resbaló de mi barbilla hacia mi escote, apresure aún mas el paso, no quería que se me arruinara el maquillaje, por fortuna el transporte venia ya hacia la parada. Subi los escalones de manera cuidadosa, como una señorita debe hacerlo para evitar que los morbosos ojos del chofer pudieran ver mas de lo que deseaba mostrar con ese vestido ajustado. Tome asiento en los ultimos lugares, acomode mi bolsa sobre mis piernas, me puse los audifonos y di play a la música. ((dame un beso de cianuro y carmín, y matame matame matame de amor)), me quedé con la mirada perdida hacia la calle, con la mente en blanco... Para cuando regresé a la realidad estaba a unas 3 calles de su casa, las manos me empezaron a sudar, tome el espejo para revisar que el cabello estuviera en su lugar y para retocar el rojo de mis labios. Guarde todo de prisa en el bolso y toque el timbre con un poco de insistencia, el autobus no bajo la velocidad hasta unas 4 calles después de la de su casa, lance una mirada amenazante hacia los ojos del conductor que me veian por el retrovisor y bajé casi a brincos, mire el reloj y aun faltaban 15 minutos para la hora en la que habiamos acordado la cita, aun así no podía dejar de avanzar a gran velocidad.
- serán 15 minutos más los que este en sus brazos!!-
De repente se soltó la lluvia, de una manera tal que el agua empezo a encharcarse en los baches, corrí como pude, evitando los charcos para no aurrinar mis lindas zapatillas rojas, todo el esfuerzo de arreglarme se lo estaba llevando la lluvia a la coladera, Tuve que detenerme en la tiendita que da sobre el boulevard en la esquina de su calle, tanta lluvia estaba haciendo transparentar mi vestido, se podian ver los encajes de mi sosten, me puse la chamarra que estaba empapada pero al menos asi esconderia la tela que se me pegaba ya a los muslos. Tome aire y justo cuando me dispuse a correr hacia su puerta, esta se abrió y salio de ella una mujer, que digo mujer, una niña, no tendría mas de 18 años, él la llevaba tomada por la cintura, se quedaron parados ahi hasta que llegó un taxi, el le abrió la puerta del auto y antes de que ella se subiera se besaron , (un beso que me pareció eterno, hace mucho que él no me besaba asi), después el se dió la vuelta y entró a la casa mientras el taxi avanzaba, paso a pocos metros de la tienda y vi através de la ventana a la que me robaba al hombre de mi vida.
Me quedé anonadada, sentia que las piernas no me aguantaban, sin saber que hacer mi mente se bloqueo, no se como ni por qué, pero empecé a correr a su casa, toqué el timbre y esperé con la mirada al piso hasta que me abrió la puerta, ese hombre no se parecia en nada al que alguna ves me prometio amarme por siempre, lo sabía no era el!!. Me tomó de la mano, sin decir nada me llevó a su recamara, y empezó a desvestirme habilmente, primero la chamarra, le siguió el vestido, cuando llegó al sosten quise gritar, sacarle los ojos, destruirlo... pero aún en ese momento no pude dominar mi cuerpo, me porte como un animal manso mientras me recostaba en su cama húmeda y desnuda, empezó a besarme, lo sentí separar mis muslos, estaba dentro de mí, gimio como nunca hasta que explotamos juntos...si juntos, yo tambien gemi y grite, aún con todo el asco que me causaba mi cuerpo no se nego a ese placer. Cuando termino se levanto de la cama, y fue directo al baño, ahi me quede yo, como muerta, fría. Empezó a hablar, no se lo que dijo, no lo estaba escuchando, recogi mi ropa del suelo y empece a vestirme, ya que tenia el vestido y la chamarra puesta sali rápido pero sin hacer ruido, iba descalsa con las lindas zapatillas rojas en la mano, de ese momento en adelante ya no recuerdo nada, hasta que baje del autobús que me llevo a casa, para cuando regresé a un estado conciente iba ya a unas cuantas calles de mi departamento, seguía lloviendo pero no corrí mas, camine lentamente deseando con todo el corazón que la lluvia limpiara toda la suciedad de mi cuerpo, pero tristemente confieso que eso no paso, mi cuerpo sigue sucio y será asi hasta el dia que se canse de vivir...
(lo que pasó después con el y conmigo dejo que el lector lo decida, yo aún no puedo hacerlo)